Aumentan los ejercicios militares en el estrecho y resurge la interrogante: ¿Habrá una guerra entre China y Taiwán?
Por Nicolás Promanzio, La Derecha Diario
Visto en: TierraPura.Org
Casi como si fuese costumbre todos los fines de semana, las Fuerzas Armadas de China realizaron ejercicios de combate en aguas y en el espacio aéreo alrededor de la zona limítrofe de Taiwán.
A pesar de que parece ser casi rutinario a esta altura, no deja de ser relevante que decenas de aviones militares con una alta capacidad de destrucción y varios buques de guerra chinos merodean las aguas de Taiwán con total impunidad.
Junto a los recientes comentarios de la Casa Blanca que dicen que esperan un conflicto bélico entre estas dos naciones para el fin de la década, se abre un fuerte interrogante; ¿qué es lo que busca China en 2023 con esta provocación?
Taiwán mantiene su independencia desde 1949, cuando el comunista Mao Zedong tomó el poder en Beijing por la fuerza después de ejecutar un golpe de Estado contra el gobierno republicano del Kuomintang, dirigido por el presidente Chiang Kai-shek. Esto llevó a que los principales funcionarios, aliados de Estados Unidos, se escaparan a la isla desde donde reclaman todavía al día de hoy la legítima soberanía sobre la China continental.
Estados Unidos defendió enérgicamente la independencia de Taiwán y reconoció su soberanía desde 1949 hasta 1979, cuando el deplorable presidente demócrata Jimmy Carter suscribió a la “Política de Una Sola China”, posicionándose del lado del Partido Comunista y suscribiendo el apoyo a la unificación de estos dos países.
Afortunadamente, a pesar de la firma de aquél tratado, todos los siguientes gobiernos de Estados Unidos nunca dejaron de defender extraoficialmente la soberanía de Taiwán, y China nunca se ha animado a invadir directamente la isla por el riesgo de una reacción norteamericana. En otras palabras, Taiwán se mantiene independiente gracias a la disuasión que genera tener de aliado una potencia nuclear.
Simulacros de combate: ¿preparándose para invadir?
Las Fuerzas Armadas de China condujeron dos simulacros de combate y patrulla de alerta distintos en los últimos días, sobrevolando y traspasando la “línea media” en el Estrecho de Taiwán.
El primer simulacro se hizo entre el 6 y el 7 de enero, enviando 22 aviones y 3 barcos al estrecho. De estos, 15 aviones y 1 vehículo aéreo no tripulado (UAV) sobrevolaron la mencionada “línea media” que divide oficialmente las aguas chinas y las aguas taiwanesas
En total, 2 cazabombarderos Xian JH-7, 2 cazas Su-30, 4 cazas Jian-11, 2 cazas Jian-10, 4 cazas de defensa aérea Jian-16, 1 UAV de reconocimiento BZK-005 y 1 avión antisubmarino Kuquian-200, invadieron el espacio soberano de Taiwán.
Este simulacro despertó las alarmas en Taiwán, pero rápidamente quedó eclipsado al lado del realizado el día domingo 8 de enero. Mientras las fuerzas taiwanesas estaban preparando un comunicado de repudio a la intromisión de los días anteriores, 57 aviones del Ejercito Popular de la Liberación (EPL) y 4 buques de guerra de la Armada del EPL fueron detectados cerca de aguas taiwanesas por el Ministerio de Defensa isleño.
En este simulacro, 28 de las aeronaves chinas cruzaron la “línea media” del Estrecho de Taiwán y entraron en la ‘Zona de identificación de defensa aérea’ en el suroeste de la isla. Según el comunicado del Ministerio de Defensa, “las Fuerzas Armadas de la República de China [nombre oficial de Taiwán] han monitoreado la situación y han asignado aviones CAP, barcos de la Armada y sistemas de misiles terrestres para responder a estas actividades”.
57 PLA aircraft and 4 PLAN vessels around Taiwan were detected by 6 a.m.(UTC+8) today. R.O.C. Armed Forces have monitored the situation and tasked CAP aircraft, Navy vessels, and land-based missile systems to respond these activities. pic.twitter.com/6bXguqnkwi
— 國防部 Ministry of National Defense, R.O.C. 🇹🇼 (@MoNDefense) January 9, 2023
Tras estos movimientos, el Coronel Superior del Ejército chino Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro del Este del Ejército Popular de Liberación, sostuvo en una nota publicada por el medio oficialista chino Global Times que los ejercicios tenían como objetivo contrarrestar “los actos de colusión y provocación de las fuerzas externas y las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwán’“, la excusa clásica que utilizan para justificar esta violación de soberanía.
¿Por qué China continúa amenazando la soberanía de Taiwán si Estados Unidos defiende a la isla todavía?
En primer lugar, parece cada vez más claro que el Partido Comunista Chino (PCCh) está buscando crear una especie de normalidad en su accionar. El régimen chino ha estado aumentando el número de cruces de la renombrada “línea media” con sobrevuelos cada vez más cercanos a la zona de la isla.
Al acercarse cada vez más, es razonable pensar que estos sobrevuelos pueden llegar a tener el objetivo de desgastar la guardia de los taiwaneses contra cualquier posible ataque futuro. En segundo lugar, es importante mencionar que los simulacros siguieron a las recientes operaciones militares de Estados Unidos cerca de Taiwán, lo que podría hacer de los simulacros un mensaje para el gobierno estadounidense de que China no tolerará tales acciones.
En tercer lugar, esta semana una delegación de legisladores alemanes llegó a Taiwán para una visita de cuatro días, durante la cual tienen previsto reunirse con la presidenta Tsai Ing-wen. El régimen de China sostiene que Taiwán es parte de su territorio, por lo que es asunto interno de China lo que suceda allí. Bajo ese argumento, el PCCh no tolera ningún acercamiento de una delegación oficial a Taiwán.
¿Se puede esperar una guerra entre China y Taiwán en 2023?
La respuesta corta es no, aún. A pesar de que el conflicto entre estos dos países esté escalando cada vez más, hay que mirar otras variables que pueden ayudar a entender mejor el posible comportamiento de China. Demás está decir que las probabilidades de que Taiwán sea la que desencadene el conflicto son nulas.
La economía China nos da un indicio de por qué el PCCh elegiría no invadir el país durante este año. Uno de los varios indicadores que muestra el frenazo en la economía china es el Producto Interno Bruto (PBI), para el cual el Banco Mundial prevé un crecimiento de solo el 4,3%, casi un punto porcentual por debajo de lo que había pronosticado anteriormente y aproximadamente la mitad del ritmo que registró China en 2021.
Otro factor importante, pero no determinante, es la interdependencia comercial que existe entre China y Estados Unidos.En 2021, el volumen comercial entre ambos países alcanzó los $657 mil millones de dólares dejando a cada uno como el mayor socio comercial del otro.
En la teoría de las relaciones internacionales, uno de los supuestos de la interdependencia económica es que la vulnerabilidad que genera la alta interdependencia aumenta tanto el costo de ir a la guerra que los estados, en última instancia, prefieren directamente evitarla, algo de esto se está viendo con China hace ya unas décadas.
El caso de Rusia invadiendo Ucrania mientras mantiene una fuerte interdependencia comercial con Europa dejó este supuesto oblsoleto, demostrando que aún a pesar de los costos de la interdependencia, la institución de la guerra sigue siendo una herramienta utilizada para la persecución de los intereses nacionales, por lo que la invasión de Taiwán nunca puede sacarse de la mesa.
En el caso de Rusia, el problema de “a quién venderle petróleo” se vio rápidamente solucionado con la gigantesca demanda de China y la India, los dos países más poblados del mundo. Pensando el caso chino, la interrogante pasa por quien absorbería más de 500 mil millones de dólares de bienes y servicios chinos actualmente destinados a Estados Unidos, la mayor economía del mundo.
Evidentemente, la respuesta no es fácil, ya que Japón, la India y los aliados europeos de Washington podrían enfilarse (como no hacerlo) detrás de la iniciativa norteamericana.
En cuanto a la dinámica política, China se encuentra en un momento de transición interna. En octubre pasado, se reeligió a Xi Jinping para su tercer mandato como líder supremo de la dictadura comunista china, en un suceso que no se veía desde la administración de Mao Zedong.
A pesar de ser un renombramiento, Xi ha anunciado cambios trascendentes a nivel interno. Además de poner a un nuevo ministro de relaciones exteriores, que ha servido como embajador en Estados Unidos y tiene un perfil más moderado que su predecesor, Xi llamó a “enarbolar la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas en lucha unida por la construcción integral de un país socialista moderno”.
Su discurso de inauguración del XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, presentado en octubre pasado, indica que se viene un año de profundas reformas internas, con un reacomodamiento político y económico que otorgue las condiciones al Estado de una nación milenaria para tomar acciones expansionistas contra su vecino.
Si algo se sabe de una nación con más de 5.000 años de historia es que la paciencia es una de sus grandes virtudes, y hoy las condiciones para atacar Taiwán y comenzar un conflicto a gran escala con Estados Unidos no están dadas, pero está dando los grandes pasos necesarios para generarlas.